Escribir es mi única forma de expresión, mi consuelo y mi desahogo. Es mi válvula de escape cuando los pensamientos se acumulan en mi estómago, me colapsan la garganta y me impiden respirar.

domingo, 13 de marzo de 2011

Un cuadro de Dalí.

Pasas la siguiente página y todo vuelve a ser una espiral de palabras

sin fin,

sin sentido,

sin amor.

Llegas a ese punto en el que todo importa nada,

donde hasta el miedo se ha echado a correr

y el tiempo ha quedado reducido a un espacio con música.

Y las horas pasan sentadas frente a ti.

Ya no queda luz,

ni ideas,

ni ganas.

En el espejo hay un tú que se parece a ti pero no eres tú.

La casa se parece a un cuadro de Dalí.

Las voces de la calle parece que te gritan.

Y los rincones te miran esperando un poco de atención.

No hay mayor infierno que la duda.

Y no hay mal que por bien no venga.

miércoles, 9 de marzo de 2011


Tenía algo que decir pero ya no me acuerdo.
Había algo que sentía, que quería.. y ya no sé dónde está.
Ahora hay un vacío que no entiendo de dónde a venido.
Tal vez sea algo relacionado con mis neuronas espejo
y puede que le haya robado los sentimientos a otro.

La verdad es que estoy cansada del frío que nunca se marcha,
de mi piel de lija,
de los bordes de mis ojos
y de mi incontinente ansia que nunca se sacia.

Harta de papeles en blanco que ya no soy capaz de rellenar
y de otros ocupados por letras que jamás me interesarán.
Del cenicero abarrotado,
del movimiento de tierra enfrente del balcón
y de la luz gris.

Agotada de los días iguales,
del tiempo sin nada y de dejar pasarlo.

Como aquel que abre el grifo y deja el agua corriendo,
que se escape,
que fluya,
que marche,
que se gaste.