Llega un momento en el que piensas que ya has llegado a tu límite, que se acabó.. que vas a dejar de intentarlo porque tú vales mucho más y él no se merece nada. Pero, de repente, resulta que no, que tu límite todavía estaba más hondo, que aun puedes arrastrarte más. Revolcarte por el fango e incluso bailar en él y para él. Tú, que siempre has despotricado contra aquellas que llegaban a niveles denigrantes. Tú, tan mujer independiente, tan.. ningún hombre se merece que le quieran de esa manera. Tú, que presumías de libertad. Ahora tú sola te has puesto las cadenas, te has atado a su cuello y has decidido colgarte. Y todo ello, sin que él te lo pidiera siquiera. Ríete ahora de ti. Ríete ahora del amor.