Todos los días veo pasar a la misma gente, a la misma hora y con la misma prisa. Yo no tengo prisa. Sólo observo desde mi ventana mientras me tomo el café. Veo pasar al chico de la bici, a los chicos que van a clase, a niños que van con sus padres, a la chica que espera el autobús, siempre mirando el reloj. . A los chavales que fuman alejados de la puerta del instituto, a chicos hablando con profesor, profesor que llega con alumna…
Pero hoy, algo ha cambiado. La chica que espera el autobús, al salir de su casa se ha encontrado con que el ascensor no funcionaba y, casualmente, al bajar por las escaleras se ha cruzado con una vecina anciana que subía cargada y no le ha quedado otra opción que ayudarle con las bolsas. Así que por este pequeño contratiempo ha llegado un minuto más tarde y tan sólo por un minuto ha perdido el autobús.
Casualmente, hoy, el chico de la bici se ha quedado dormido y ha pasado un poco más tarde. Justo a tiempo para ver como la chica del autobús saltaba desde el puente.
Era eso o llegar tarde al trabajo. . La hubieran matado de todas formas.