He perdido el tiempo, la calma, la vida, las cosquillas y el abrigo. He tardado años y siglos y días y un tiempo incontable en olvidar, en comprender y asimilar. Sólo ha faltado la mitad de lo que he necesitado, y he necesitado el doble de lo que quería. Pero te quería. Y eso es algo tan grande como que el mundo es mundo y que vida sólo hay una. Tan grande como flotar en medio del universo y girar sobre uno mismo y alrededor de una órbita. Quererte ha sido gigante. Y el gigante has sido tú. Inmenso en mi vida, en mis días.. inmerso. Y ya no sé si es tiempo de olvidar, de recordar o de volver a empezar. Que lo mío nunca ha sido decidir ni elegir. Y que me pasaría las horas pensando. Pensando en mí y en ti y en los dos y en las noches en los coches, los abrazos del portal, el subir por el balcón.. Dejarte entrar, pasar, jugar, rodar y marchar. Quererte ha sido como la vida, como el mundo, como la humanidad, como el amor. Las dos caras de la moneda. Impresionante. Increíble..
Y doloroso. Muy doloroso.