Escribir es mi única forma de expresión, mi consuelo y mi desahogo. Es mi válvula de escape cuando los pensamientos se acumulan en mi estómago, me colapsan la garganta y me impiden respirar.

jueves, 3 de febrero de 2011

La realidad.

El problema es que nadie hacemos las cosas que de verdad queremos hacer. Rechazamos lo que sentimos. Supongo que porque el miedo al fracaso, al rechazo, o a alguna otra mierda así, nos cohíbe, y no nos deja liberarnos.

Y es que en cuanto nacemos, nos cuentan esta gran mentira de lo que es la vida y nos enseñan que lo que hay que hacer es estudiar, para luego trabajar, para después poder comprarte un coche, una casa, casarte, tener hijos, formar una familia..

Y así cuando seas viejo podrás cobrar una ''gran'' pensión, como recompensa a toda una vida de sacrificios, de la que no has dedicado ni un 20% a hacer lo que de verdad te apetecía hacer. Y entonces, con un montón de años cargados a la espalda, otras tantas enfermedades, y muchas menos ilusiones, podrás ''disfrutar'' de una jubilación con todo el tiempo libre del mundo. Entonces, que ya no te quedarán ni ganas, ni fuerzas. Ya que habrás ido dejando por el camino todos los sueños y aspiraciones al darte cuenta de que la mayoría era completamente incompatibles con tus principales ''obligaciones''.

Lo siento, pero así son las cosas.

¿Y sabeís lo que ocurre? Que no es posible salirse de este puto círculo y sobrevivir. Así que lo único que nos queda es agachar la cabeza e intentar integrarnos lo más dignamente posible. Es triste, pero es así.

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