Escribir es mi única forma de expresión, mi consuelo y mi desahogo. Es mi válvula de escape cuando los pensamientos se acumulan en mi estómago, me colapsan la garganta y me impiden respirar.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Todo ésto y mucho más.

¿Te apetece hablar?
- ¿de qué? -
No sé.
De todo y de nada.
De todo hasta llegar a nada y de nada hasta llegar a todo.

Sólo quiero hablar contigo.

¿Sabes?
Hoy he encendido mi viejo ordenador y me he inundado de recuerdos.
Antes guardaba todas nuestras conversaciones.
¿Te acuerdas del día que hicimos la carrera y coincidimos en el mismo segundo?
Todo está escrito y registrado. Para que nunca se olvide.
Es lo bueno de las letras.

Y en todas esas sucesiones de palabras era simplemente feliz.
Contigo era más niña que nunca.
Tenía alegría y fuerza y ganas.
Ganas de vivir y de comerme el mundo.
Pero todo aquello se quedó contigo.
Esa persona ya no existe y yo hace tiempo que no me reconozco.
Y llevo días, meses, años podré decir pronto, tratando de recuperar esa parte de mí, de volver a ser ese yo que era. Pero cada vez que lo intento llego al mismo punto y a la misma conclusión.
Sin ti no puedo.
Te perdí y yo me perdí contigo.
Sólo te pido que me ayudes a encontrarme.
Y a encontrarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario