Escribir es mi única forma de expresión, mi consuelo y mi desahogo. Es mi válvula de escape cuando los pensamientos se acumulan en mi estómago, me colapsan la garganta y me impiden respirar.

domingo, 15 de enero de 2012

Una entrada de Marea, otra del Real Zaragoza, un silbato y muchísimas cosas dando vueltas por mi cabeza, además de la nube encima de los ojos habitual de los domingos. No sé cómo he llegado hasta aquí si todo iba bien. Lo cierto es que ahora mismo sólo siento asco hacia mí misma, bueno, y también una especie de odio hacia él, por no ser claro, por no decirme nada, por echarme de su casa .. Que me estaba esperando. Que era lo mejor, aunque no para él. ¿Y qué es lo mejor para ti? Joder, dímelo, háblame, cuéntame qué piensas, qué sientes, si es que sientes, qué quieres, y si me quieres. Te odio por decirme mucho y a la vez no decirme nada. Por eso, y por descolocar del todo mi vida cuando por fin había conseguido que todo estuviera en su sitio. Y lo peor es no poder hablar de esto contigo, porque lo intento y sólo encuentro una pared, un muro en el que rebotan mis palabras. Te has empeñado en hablar únicamente de lo que es mejor para mí, cómo si tú pudieras saberlo o decidirlo sin consultarme. Dime lo que tienes en la cabeza y ya seré luego yo la que decida lo que hago o dejo de hacer. Pero HÁBLAME. Como siga haciendo conjeturas yo sola me voy a volver más loca de lo que ya estoy.

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